Entre los años 1974 y 1987, la familia Smurl afirmó que se encontraba a merced de los fantasmas. Puede sonar algo loco, pero su historia involucró a numerosos periodistas, demonólogos e incluso a la Iglesia Católica Romana. A raíz de toda esta gran atención de los medios, el caso resultó en varios artículos publicados, un libro y una película para la televisión, atrayendo así la atención de los famosos investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren. Si te gustan las historias sobre una familia que comienza a experimentar sucesos extraños, quédate con nosotros. Esta es la historia de los Smurl…
Tras los numerosos daños provocados por las inundaciones del huracán Agnes, Janet y Jack Smurl se vieron obligados a abandonar su casa de Wilkes-Barre junto con sus dos hijas pequeñas y los padres de Jack. Se mudaron a un dúplex ubicado en Chase Street, en West Pittston, Pensilvania. Como la casa necesitaba algunas reparaciones, se esforzaron en volver a pintar, organizar o arreglar todo de nuevo; fue en este momento cuando comenzaron las espeluznantes actividades paranormales. Al principio, los episodios eran benignos: herramientas que desaparecían y aparecían en otro lugar, manchas que se filtraban a través de capas nuevas de pintura, aparatos de cocina que se encendían solos a pesar de estar desenchufados, y malos olores que abrumaban la casa brevemente.
Aún así, la familia Smurl siguió trabajando. Jack fue ascendido en su trabajo y también era el entrenador del equipo de softball de su hija; Janet se quedó embarazada de dos niñas y ayudó a organizar un grupo de lucha contra el alcohol en la escuela secundaria local. Las chicas estaban destacando en sus estudios y los suegros estaban felices. Sin embargo, como todas las buenas historias de fantasmas, su suerte estaba a punto de cambiar. Pronto, los Smurl tuvieron problemas para llegar a fin de mes. Mary, la madre de Jack, sufrió un ataque al corazón. Además, las visitas “fantasmales” se intensificaron…
Mary y Janet afirmaron haber percibido voces que sonaban extraño: a Janet le pareció oír a su suegra pronunciar su nombre, mientras que Mary creyó escuchar a Janet y a Jack en medio de una discusión cargada de improperios. Al parecer, ominosas masas negras se formaban y flotaban a través de los pasillos; Janet dijo que había sido visitada en plena noche por una fuerza malévola que intentó abusar íntimamente de ella mientras dormía. Después, Jack se unió al club. Mientras estaba acostado en la cama con Janet, oyó que alguien susurraba, similar a una mujer joven. Cuando se volvió para mirar a su esposa, vio cómo una figura sombría comenzó a trepar por sus piernas.
Después de esa noche, la vida en la casa Smurl se volvió más peliaguda. Una lámpara se cayó del techo, provocando cortes a una hija de las hijas; El perro de la familia fue arrojado contra la pared misteriosamente; Janet dijo que había sido agarrada por una presencia invisible, haciéndola colgar varios metro en el aire y luego tirándola al otro lado de la habitación; Jack afirmó que algo similar a un demonio entró en la sala de estar e intentó abusar de él y hacerle daño mientras veía un partido de béisbol en la televisión. De hecho, incluso los vecinos informaron haber escuchado gritos y lamentos horrible mientras la familia se encontraba fuera…
Aterrorizados, los Smurl decidieron contactar con el que en ese momento era la pareja de demonólogos autodidactas más famosos, los Warren. Después de llegar e inspeccionar la casa durante un rato, Lorraine Warren, una clarividente con una reputada lista de investigaciones paranormales sobre sus hombros, llegó a la conclusión de que la familia Smurl estaban compartiendo su hogar con al menos cuatro espíritus: una anciana aparentemente inofensiva, una joven con rasgos violentos, un hombre que falleció sufriendo en el hogar, y un demonio que estaba usando a los otros tres espíritus para destruir a la familia.
Se llevaron a cabo sesiones grupales de oración y exorcismos, pero los ataques no cesaron, así que los Smurl hicieron pública su historia con la esperanza de que alguien escuchara su situación y supiera cómo ayudar. Acto seguido, la familia obtuvo más de lo que esperaba; la prensa se aferró al caso y, como un espíritu malicioso, se negó a irse. Los medios acamparon frente a su casa, las cámaras parpadeaban y los reporteros inundaron el césped. Numerosos coches de curiosos se paseaban por los alrededores esperando ver algo de otra dimensión. Al final, la familia Smurl se encontró en el centro de un circo mediático. Los representantes de la Iglesia Católica Romana de Scranton no estaban seguros sobre la actividad paranormal, por lo que múltiples sacerdote se acercaron a bendecir el hogar. Sin embargo, según los informes, “no ocurrió nada” mientras estaban en la propiedad.
En el año 1986, un sacerdote del área se mudó a la casa, con la esperanza de ser testigo de primera mano de las fuerzas demoníacas, pero no pasó nada. Al estar dos noches sin problemas, decidió irse sin darle importancia al caso. El mismo año, los Smurl expresaron su cansancio por el incesante escrutinio de los medios, así que en 1987, empaquetaron todo y se fueron del dúplex de Chase Street. Se dice que los fenómenos los siguieron a su nuevo hogar, hasta que un exorcismo sancionado por la iglesia en 1989 supuestamente limpió la casa. Desde entonces, expertos, sacerdotes, productores de televisión y periodistas han estudiado la historia de los Smurl, incluidos los mismos Warren, quienes narraron el caso en el documental titulado “The Haunted: One Family´s Nightmare”. ¿Fueron las experiencias legítimas o todo fue una fabricación? Solo la familia lo supo. Aún así, escéptico o no, uno no puede negar la rareza del caso.
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